1. Mezcla todos los ingredientes en el bol y remueve bien con una cuchara de madera. No necesitarás amasar, porque verás que el resultado es más una pasta que una masa.
2. Unta el molde con mantequilla. No le pongas aceite porque la harina lo absorbe y corres el riesgo de que se pegue. Vierte la mezcla en el molde empujando levemente y alisando la superficie con la rasqueta. Para que no se te pegue la rasqueta, mójala debajo del grifo. Espolvorea la superficie con un poco de harina de centeno integral.
3. Tapa el molde o mételo en una bolsa y deja fermentar aproximadamente tres horas. El centeno no subirá mucho, pero sí apreciarás un cierto crecimiento. Cuando la superficie esté abombada y empiece a agrietarse estará listo.